En los últimos días han surgido centenares de informaciones sobre la desaparición del vuelo MH370 de Malaysia Airlines. “Debemos ser prudentes y esperar acontecimientos”, comenta Manuel Soler Arnedo, profesor del departamento de Bioingeniería e Ingeniería Aeroespacial de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M). La optimización de trayectorias de aeronaves, la navegación aérea y la gestión de tráfico aéreo son las líneas de investigación de este ingeniero aeronáutico.
¿Qué ha podido pasar para que este avión desaparezca?
En primer lugar, me gustaría puntualizar que debemos huir de las especulaciones y dejar trabajar a las autoridades competentes en materia de aviación civil, en este caso, la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI). En particular, el anexo 13 de OACI establece el protocolo de investigación de accidentes e incidentes. Por tanto, las autoridades establecerán las causas en tiempo y forma y, en su caso, legislarán para evitar que se repitan en el futuro.
¿Qué dicen los hechos?
Resulta evidente que todos los sistemas de comunicación se vinieron abajo (voz y datos), con lo que el avión se habría quedado 'mudo' y 'sordo' y no podría enviar ni recibir ningún tipo de comunicación. En particular, habría quedado fuera de servicio el transponder, un dispositivo que responde ante las interrogaciones del radar secundario y permite que los controladores monitoricen la matrícula, posición y velocidad del avión. Por tanto, en ese instante el avión desaparecería de las pantallas de los controladores.
¿A qué se puede deber esta desaparición?
Las causas pueden ser varias: por motivos técnicos, que todos los buses de comunicación se vengan abajo (algo estadísticamente poco probable); o debido a que alguna persona con experiencia y conocimientos hubiese procedido a su desactivación, ya sea exprofeso por su propio interés y riesgo o debido a un caso de emergencia en cabina. Esto último podría ser la primera respuesta ante una situación de emergencia relacionada con algún fallo, también altamente improbable, en el sistema eléctrico del avión que pudiera derivar en fuego. Todas las hipótesis están abiertas: no hay que descartar un secuestro intencionado ni tampoco un accidente, pero debemos ser prudentes y esperar los hechos.
Desde ese momento, ¿podría haber volado el avión durante 5 o 7 horas, como se comenta?
Podría ser, tanto con un piloto a los mandos (no siguiendo en este caso el plan de vuelo establecido y con objetivos, por tanto, desconocidos), como de manera autónoma, habiendo sido previamente conectado el autopiloto. Este habitualmente puede estar conectado para mantener unas determinadas condiciones de vuelo y, por ejemplo, podría seguir funcionando en un caso hipotético de pérdida de conciencia por parte de la tripulación. El combustible, teniendo en cuenta tanto el destinado al vuelo nominal como las reservas que la normativa establece (para aeropuerto alternativo, contingencia y, adicionalmente, una cantidad a discreción del comandante) sería suficiente.
¿Qué es lo más importante ahora, bajo su punto de vista?
Una cuestión que nos debe ocupar mucho, independientemente de las causas del siniestro, es la localización de la aeronave. La pregunta pertinente ahora es: ¿Hacia dónde se ha dirigido el avión? Parece obvio que no ha transitado espacio aéreo congestionado ni tampoco espacio aéreo bajo control militar. Mención aparte del radar secundario, existen radares primarios de uso típicamente militar. Son radares más rudimentarios que detectan blancos intrusos sin necesidad de respuesta, sin necesidad de transponder. Es decir, de haber sobrevolado espacio aéreo bajo cobertura de radar militar, éste lo habría identificado incluso en tiempo real. Por tanto, las zonas de búsqueda estarían así limitadas de alguna manera.
¿Cuánto tiempo existe para localizar el avión?
En primera instancia, agotar los 30 días de duración de las baterías de la caja 'negra' (en realidad es naranja y en terminología aeronáutica se denomina Flight Data Recorder o FDR), periodo en el que seguirá emitiendo ultrasonidos que permitirían localizarla. Eso, siempre y cuando no esté en las profundidades marinas a más de 10.000-15.000 pies, en cuyo caso la señal no es fácilmente perceptible. Por tanto, ahora lo primero es localizar la zona del accidente para detectar el ultrasonido. Una vez agotado este periodo de tiempo, la búsqueda se complicará, pero que a nadie le quepa duda: se encontrará. Como ejemplo citar el vuelo 447 de Air France (AF447), cuyas cajas negras fueron recuperadas unos dos años después y las causas esclarecidas.
¿Qué revelará la caja negra del avión?
En el FDR habrán quedado registrados todos los datos necesarios para esclarecer las causas del accidente, como las comunicaciones entre piloto y controlador, las conversaciones entre la tripulación, los datos de posición, velocidad, etc. Entonces y sólo entonces pasaremos de las especulaciones a los hechos. Cabe recordar que la aviación sigue siendo el medio de transporte más seguro (en términos de accidente por viaje realizado) y que todos los agentes implicados en la industria del transporte aéreo tienen como principal requerimiento la seguridad, tanto en el diseño como en la fabricación, la operación y otros aspectos.
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