Un estudio revela que el propionato de imidazol, una molécula producida por la microbiota intestinal, induce aterosclerosis, una enfermedad que desencadena la obstrucción de las arterias que causa los infartos. Los resultados proponen usar la detección de este metabolito para un diagnóstico temprano de esta dolencia.
Por primera vez, un tratamiento basado en la donación de mitocondrias ha permitido que varios recién nacidos eviten dolencias genéticas transmitidas por la madre. La técnica, aprobada en Reino Unido, se basa en una variante de la fecundación in vitro que limita la transmisión de mutaciones en el ADN de estos orgánulos.