Manuela Caiani es profesora asistente en el Instituto de Estudios Avanzados de Viena, actualmetne participa en un proyecto europeo sobre el abandono de las armas por parte de los terroristas. En su opinión, una de las principales razones para dejar el terrorismo es, tras una desilusión ideológica, la necesidad de ser aceptados socialmente y volver a su vida normal, aunque en España la lealtad a la organización es mayor, señala.
¿Cuáles son las principales razones pata que un terrorista deje las armas?
La principal idea del proyecto ha sido comparar los diferentes modos de retirada y la salida del terrorismo referidos a diferentes tipos de organización terroristas: izquierdas, derechas y nacionalistas. Para ello, se han realizados unas 20 entrevistas a ex militares de las Brigadas Rojas e informadores claves en Italia y otras 15 en España. Además, en el caso de Italia, el Instituto Carlo Cattaneo de Bolonia nos ha proporcionado 28 entrevistas con antiguos militantes armados de izquierda, cuyo contenido hemos analizado en profundidad.
Una de las principales razones para dejar el terrorismo es, después de una desilusión ideológica, la necesidad de ser aceptados socialmente y volver a su vida normal, aunque en España la lealtad a la organización es mayor.
La lección más importante que hemos aprendido de esta parte del estudio ha sido que estos factores a pequeña escala no pueden ser estudiados de manera aislada, necesitan ser integrados con un modelo comprensivo y un proceso de retirada, en el que se tiene que tener en cuenta un contexto con factores externos e internos.
En su estudio, se han considerado dos democracias europeas, España e Italia...
En primer lugar, hay que considerar algunas similitudes entre España e Italia, puesto que ambas han experimentado el terrorismo dramáticamente en la historia reciente de Europa y han convivido desde 1960 con todas las manifestaciones del terrorismo, en las que el estudio intenta entrar. Los grupos de izquierda o de derecha se desarrollaron en Europa en los 60 y 70. Por ejemplo, los grupos de derecha como Ordine Nuovo en Italia y el Batallón Vasco en España; de izquierdas como las Brigadas Rojas y Prima Linea, en Italia, los anarquistas y los grupos de resistencia antifascista Primero de Octubre –GRAPO– en España. La mayoría desaparecieron en los 90.
¿Y las diferencias?
En ambos estados siguen teniendo hoy en día un contexto y una base fértil para el terrorismo. Sin embargo, también se presentan algunas diferencias importantes, especialmente en los dos tipos de terrorismo principales en estos países, ya que el terrorismo nacionalista sigue vivo en España.
Una parte de nuestro estudio encontró en 2007 que un 91% de los ataque terroristas fueron reclamados o atribuidos a grupos terroristas separatistas y el 97% de un total de 532 ataques terroristas en tres estados miembros, entre ellos España, fueron atribuidos a grupos vascos o islámicos. En la actualidad, especialmente la organización juvenil SEGI de ETA continúa activa.
En lo concerniente al terrorismo de izquierdas, Italia sigue estando más afectada que otros estados miembros de la UE. Por ejemplo, en 2007 grupos terroristas de izquierdas y anarquistas llevaron a cabo 21 ataques en cinco estados, entre los cuales Italia mostró un aumento de la amenaza de los grupos de izquierdas y de los individuos que utilizaron las mismas estrategias e ideologías de las Brigadas Rojas. Por otra parte, también hay diferencias en los tipos de políticas antiterroristas que los dos países adoptan, con más rigor en España y una mayor flexibilidad hacia el terrorismo en Italia.
¿Qué cuestiones éticas has tenido que enfrentar? ¿Cómo describiría su experiencia?
En cuanto a las cuestiones éticas, he afrontado una tensión constante entre la objetividad y la subjetividad, el desinterés y la participación plena. Por un lado, me concentré en el desarrollo de la teoría que tarde o temprano podría surgir de esta investigación. Sin embargo, cuando hice esto parcialmente me acerqué a una conexión fructífera con los sujetos de la investigación.
También, debido a la sensibilidad del asunto y la naturaleza cualitativa de los métodos usados, como entrevistas a fondo, a veces me sentí completamente cerca del contexto y del sujeto de la investigación y tuve que reflexionar varias veces sobre el precio y los beneficios de esta ‘separación artificial’ entre la investigación y su objeto. Además, en una investigación como ésta, también tuve que tener en cuenta las diferencias de culturas de cada organización, porque podrían dificultar la colaboración, y tuve que averiguar cómo vencerlas.
Por el momento es sólo una hipótesis, pero ¿cómo valora las recientes noticias sobre el regreso de ETA?
Esto es un riesgo concreto para la sociedad española, para los motivos de los que hablaba antes. En mi opinión, hoy en día España tiene que solucionar el problema de los 'presos' decidiendo si establecer algunas medidas de reinserción para ellos, por ejemplo, la amnistía o no. En mi opinión, una medida sería desradicalizar a la banda terrorista ETA. Sin embargo, esto puede suponer una opción muy controvertida, ya que seguramente una parte de la sociedad española se opondría, en particular la parte relacionada con las víctimas de terrorismo.
¿Cuáles son sus puntos de vista sobre los atentados de Londres y París que se han producido este año? ¿Estamos ante una seria amenaza?
Estamos ante una amenaza que los gobiernos europeos tienen que tener en cuenta. Lamentablemente, todavía está presente la idea en muchos gobiernos de la relación entre la integración social y radicalización, que en la vista de muchos observadores impiden tener una visión clara sobre el fenómeno.