Investigadores de la Universidad de León y del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias de Chile han analizado las características de las ovejas chilotas, la única raza ovina propia de Chile que ha sido reconocida como tal. Los científicos han realizado la estructura genética de esta raza y han ofrecido una serie de recomendaciones para la valoración de la producción láctea de estas ovejas.
"Se trata de un estudio con fondo ecológico", que dirigieron los profesores de la ULE Estanislao de Luis Calabuig y Fermín San Primitivo, según explica a DiCYT este último. "Durante el estudio, pudimos apreciar que la oveja chilota, de claro origen español, había evolucionado hacia una población con características propias, de forma que podía ser considerada como una raza".
Con esta idea, comenzaron unos estudios necesarios para caracterizar la población, tanto desde el punto de vista morfométrico, como de su estructura genética mediante la utilización de marcadores microsatélites. Los resultados se incluyeron en la memoria de la tesis y posteriormente se enviaron para su publicación a la revista Animal Genetic Resources Information. El artículo ha sido aceptado y está pendiente de publicación.
La investigación se inició con la tesis doctoral de Rodrigo de la Barra Ahumada, por el que estudiaba el Efecto de la introducción de la ganadería ovina en el archipiélago de Chiloé, Chile. A raíz de este trabajo, el INIA contactó con los investigadores de la Universidad de León, que cursaron una visita a este instituto en septiembre de 2010. Acudieron a la invitación los doctores Luis Fernando de la Fuente Crespo y Fermín San Primitivo.
"Durante este viaje a Chile, visitamos los centros que el INIA mantiene en Osorno (Centro Remehue), en la isla grande de Chiloé (Centro Butalcura) y en la Patagonia, cerca de Punta Arenas (Centro Kampenaike)", recuerda San Primitivo. La visita permitió que los científicos, que pertenecen al Departamento de Producción Animal de la Universidad de León, analizaran las posibles líneas de investigación futuras con ganado ovino chileno. Para desarrollarlas, en este momento, la Universidad de León y el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias chileno está en proceso de elaboración de un convenio de colaboración que una a ambas instituciones.
Estudio genético
Los investigadores recogieron muestras de sangre de una serie de animales muestreados en la Isla Grande del archipiélago de Chiloé. De ellas se extrajo ADN y se obtuvieron los genotipos para 21 secuencias microsatélite. "Con esta información, hemos analizado la estructura genética de la población de ovejas chilotas y la hemos comparado con nueve razas ibéricas actuales (las españolas churra, castellana, merina manchega y xalda y las portuguesas bordeleira, de la sierra de la Estrella, merina de Beira Baja y merina preta)", explica el catedrático San Fermín.
La conclusión es que la población de ovejas chilotas muestra una elevada variabilidad genética, así como alta consanguinidad. Su estructura genética, además, muestra semejanzas con las ovejas ibéricas, especialmente con la castellana y con la churra, corroborando su origen peninsular. Las primeras ovejas llegaron a la Isla Grande de Chiloé llevadas desde Perú por Francisco de Castañeda en 1568, de descendientes de ovejas españolas que se criaron en las Antillas, según recoge la tesis doctoral de De la Barra.
Los investigadores también realizaron un estudio utilizando el resto de las razas presentes en Chiloé (corriedale, suffolk down, romney marsh), para comprobar si había existido influencia de estas razas en algunos de los animales considerados puros chilotes. Los resultados han sido publicados recientemente en Chilean Journal of Agricultural Research, y muestran que la raza criolla chilota ha recibido bajas complementariedades genéticas de las otras razas ovinas y ha existido una importante endogamia que amenaza su diversidad genética.
Después del trabajo de investigación en torno a las ovejas chilotas, el Gobierno de Chile constituyó la raza como tal, se ha establecido el libro genealógico y se está procediendo a inscribir en él a todos los animales que son considerados raza pura. También se ha constituido una asociación de ganaderos de esta raza, que está presentando la raza a la sociedad chilena y preparando los canales de comercialización de sus productos.
Hay que recordar que la carne de los corderos de esta raza tienen un importante prestigio en Chile, y se paga más que la de otras razas. Los investigadores también han propuesto que se valore la capacidad de la oveja para la producción de leche, así como las características de quesos elaborados exclusivamente con ella. Para conocer las pautas de ordeño y otros procesos productivos, el INIA pretende llevar a España un grupo de ganaderos para que conozcan las características de la cabaña ovina leonesa.
Para un futuro próximo, San Primitivo avanza que se barajan dos líneas de colaboración. Un primer proyecto "tiene como objetivo profundizar en el estudio de la oveja chilota, tratando de caracterizar su potencial productivo, determinando las pautas de manejo más adecuadas y analizando las posibilidades de comercialización de sus productos".
El segundo de los proyectos se basa en la explotación ovina en Patagonia, cuyo interés productivo se basa en la producción de carne y de lana. "En estos momentos el ganado predominante es de la raza corriedale, mejor adaptado a la zona, pero con una lana de calidad inferior a la que proporciona el ganado merino de origen australiano, que se adapta peor. La idea es poner en marcha un proyecto dirigido a seleccionar una oveja que se adapte de forma adecuada a las condiciones climatológicas de la región, produciendo una lana y una carne de la mejor calidad posible", resume el investigador.