Una mejor gestión, distribución y aprovechamiento del agua de las 10 cuencas fluviales más importantes que existen permitiría producir entre el doble y el triple de alimentos que se produce ahora en el mundo y ayudar para paliar el hambre en el mundo. En África, por ejemplo, solo se aprovecha un 4% del agua disponible.
El problema mundial del agua no es la escasez, sino el uso ineficiente y la distribución desigual que se hace de las aguas que fluyen por las cuencas fluviales de Asia, África y Suramérica. Así lo demuestra un informe elaborado por el Programa de Desafío en Agua y Alimentos (Challenge Program on Water and Food, CPWF por sus siglas en ingles) del Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional (CGIAR en sus siglas en ingles) y publicado en un número especial de la revista International Water Journal.
“Hay inmensas cantidades de agua de lluvia que se pierden o no se usan”, declara Alain Vidal, director del CPWF, quien opina que “con modestas mejoras se podría generar de dos a tres veces más alimento del que producimos ahora”.
“La escasez de agua no está reduciendo nuestra capacidad de cultivo”, comenta Vidal. “Es cierto que hay escasez en ciertas zonas pero el problema general es que no usamos el agua de forma eficiente y que no hay una distribución justa del agua disponible en las cuencas fluviales”, recalca.
El dato parte del estudio de grandes cuencas fluviales más exhaustivo que se haya realizado hasta el momento, a lo largo de cinco años de investigación y llevado a cabo por científicos y especialistas de 30 países distintos.
Las diez cuencas fluviales estudiadas son: la de los Andes y el río San Francisco en Suramérica; la del Limpopo, el Níger, el Nilo y el Volta en África; y la del Ganges, el Indo, el Karkheh, el Mekong y el Amarillo en Asia. Estas zonas cubren 13.5 millones de kilómetros cuadrados donde viven 1.500 millones de personas, de las cuales 470 millones están entre las más pobres del mundo.
Vidal, máximo representante del programa, explica que estas diez cuencas fueron elegidas para el estudio “porque personifican la totalidad de los retos hidráulicos del mundo en desarrollo”. La investigación estudia también la gestión de los recursos hidráulicos por parte de los gobiernos.
Los investigadores han identificado grandes zonas de tierra cultivable en Asia y Latinoamérica en las que la producción está un 10% por debajo de su potencial. Por ejemplo, los expertos han descubierto que en los ríos Indo, que atraviesa China, India y Pakistan, y Ganges, en India y Bangladesh, el 23% de los sistemas de cultivo de arroz están produciendo casi la mitad de lo que se podría obtener de forma sostenible.
En África, la gran mayoría de la tierra de cultivo depende del agua de lluvia y los investigadores han apreciado que solo se recoge para la agricultura y la ganadería un 4% del agua aprovechable.
En opinión de Simon Cook, investigador principal del estudio y director del Proyecto de Investigación Focal de Cuencas (BFRP) del CPWF, “tenemos oportunidades relativamente sencillas para satisfacer nuestras necesidades de desarrollo y paliar la pobreza de millones de personas sin agotar nuestro recurso natural más preciado”.
El estudio muestra otros ejemplos como el de la cuenca del río Níger, donde las piscifactorías de agua dulce suponen el medio de vida de 900.000 personas, mientras que en la cuenca del Mekong son 40 millones las que, durante parte del año, dependen de las piscifactorías. Los investigadores han observado que en el Nilo casi la mitad del agua de la cuenca es aprovechada para la producción ganadera.