Los nematodos de quiste de la patata, Globodera en sus dos especies G. pallida y G. rostochiensis, constituyen un gran problema en las zonas de patata de siembra, sobre todo en el norte de Castilla y León, tanto en la provincia de Palencia como en la burgalesa.
Con el objetivo de conocer la incidencia que el patógeno tiene en la actividad enzimática de los suelos y buscar formas de frenar su desarrollo, la doctoranda del Departamento de Química de la Universidad de Burgos Bárbara de Aymerich Vadillo analiza en su tesis doctoral los métodos de control y diagnóstico de Globodera sp. en Castilla y León y su implicación en la actividad enzimática edáfica, dirigida por el profesor de Facultad de Ciencias de la Universidad de Burgos, Domingo Javier López Robles.
Aymerich Vadillo apunta que “el desarrollo de nuevas metodologías de control y diagnóstico de este parásito son de vital importancia para ahondar en su conocimiento y frenar su desarrollo”. Es un patógeno especialmente preocupante y peligroso porque implica la cuarentena para este cultivo, es decir, que “si se encuentra un quiste de globodera en el suelo, se tiene que retirar toda la producción del tubérculo, hasta que esté erradicado”.
Además, la doctoranda de la institución burgalesa incide en que “tiene mucha facilidad de reproducción y es determinante, no se puede sembrar en el suelo afectado y hay que retirar la patata de siembra en el momento en el que se detecta”.
El sistema de biofumigación para controlar los patógenos es “beneficioso para el agricultor y para el agrosistema, ya que abarata los costes y mejora mucho las propiedades del suelo y también de las patatas que se van a sembrar a continuación cuando el nematodo quede exterminado”, explica en su tesis doctoral. Una técnica “muy interesante, que se basa en la acción de los volátiles que se producen de la degradación de la materia orgánica, unas sustancias químicas, que afectan a la vida de los nematodos”.
Aymerich Vadillo señala que “utilizando restos de actividades locales, estiércol de animales o residuos de cosechas, incorporándolos al suelo podemos acabar con estos nematodos de quiste de patata de siembra, y además, se rebaja la problemática de la recepción de estos residuos”. También propone protocolos para la reacción en cadena de la polimerasa. “Son técnicas sencillas, muy rápidas y eficaces, ya que en un par de horas se puede determinar de qué agente se está hablando”.
Manejo integrado del agrosistema
La investigadora señala que un adecuado tratamiento para este cultivo pasa por un manejo integrado del agrosistema, es decir, por “coordinar los métodos físicos, como por ejemplo, la solarización; los métodos químicos, como los fumigantes; con aquellos más ecológicos, como estos que proponemos, es importante para que sean eficientes frente a los patógenos del suelo para frenar su desarrollo”, concluye. Para Bárbara de Aymerich Vadillo “la combinación de distintos métodos físicos, químicos y biológicos es la composición ideal para acabar con este tipo de plagas. Se necesita un manejo integral y un conocimiento exhaustivo de la plaga y del cultivo para poder actuar sobre estos patógenos”, y anuncia que quizá reúna todos estos consejos en un libro destinado a los agricultores.