Un equipo de científicos ha estudiado 54 especies de aves en un gradiente longitudinal de 3.800 kilómetros a lo largo de Europa. Los investigadores han descubierto que cuanto más al norte menos diferencias existen entre los comportamientos de las aves que viven en hábitats urbanos y rurales. Así, por ejemplo, en Granada la época de cría de las aves urbanas es dos semanas más larga que la de las aves finlandesas.
Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) han descubierto que las diferencias entre aves que viven en entornos urbanos y rurales disminuyen a medida que nos desplazamos hacia el norte. Este estudio a gran escala, que incluye el análisis de 54 especies, concluye que el efecto que provocan los hábitats urbanos en el comportamiento de las aves es equivalente al desplazamiento de casi 4.000 km hacia el norte.
Ya se había comprobado cómo algunas aves modifican sus patrones de canto en los hábitats urbanos frente a sus congéneres que habitan en zonas rurales próximas. Además de haber más ruido y luz, en las ciudades cambian el entorno y los recursos disponibles frente a las áreas rurales, por eso en las metrópolis los pájaros alargan su época de cría, comenzando a cantar antes.
“Hemos trabajado en Europa y hemos podido comprobar cómo este comportamiento es menos acusado a medida que nos desplazamos hacia el norte. De media, las aves de Granada adelantan 17 días la época de cría frente a las aves de ciudades del norte de Finlandia”, explica el investigador del MNCN Mario Díaz.
“En el sur las aves comienzan a criar antes, es decir, hay un patrón latidudinal; a medida que nos desplazamos hacia el norte el periodo de cría se acorta. En las ciudades la cría empieza antes y dura más respecto a las áreas rurales próximas (entre 5 y 28 días de diferencia según las especies), independientemente de los factores climáticos. Pero esta diferencia disminuye según nos desplazamos hacia el norte”, continua el investigador del MNCN.
“Que la diferencia disminuya puede deberse a varias causas: hay menos ruido, y también menos depredadores, pero sobre todo el margen de maniobra que da el clima es menor. Aunque las aves vivan en ciudades, es difícil adelantar la cría en lugares donde el frío y la escasez de luz duran hasta bien entrada la primavera”, termina Díaz.
Según los datos obtenidos, en Europa el efecto que provoca la vida en la ciudad en los ciclos vitales de las aves es equivalente al de un desplazamiento de 4.000 km hacia el norte.
Referencia bibliográfica:
Møller, A.P., Díaz, M., Grim, T., Dvorská, A., Flensted-Jensen, E, Ibáñez-Alamo, J.D., Jokimäki, J., Mänd, R., Markó, G., Szymański, P. y Tryjanowski, P. 2015. Effects of urbanization on animal phenology: A continental study of paired urban and rural avian populations. Climate Research 66: 185–199. DOI:10.3354/cr01344