El mundo de la inteligencia artificial se ha convertido en un escenario lleno de rivalidades, ambiciones y poderosos intereses. En el centro de todo ello, Sam Altman y Elon Musk, cofundadores de OpenAI en 2015, protagonizan un enfrentamiento que va más allá de las disputas personales. Su lucha refleja la batalla global por controlar una tecnología que podría cambiarlo todo. Mientras las superpotencias se posicionan, la pregunta sigue siendo: ¿quién dominará el futuro de la IA?
La cumbre sobre inteligencia artificial celebrada en París ha mostrado la brecha entre Europa y Estados Unidos en la regulación de esta tecnología. Mientras la UE aboga por un desarrollo controlado y equitativo, la administración de Trump se negó a sumarse al acuerdo final. El evento estuvo marcado por el rechazo de OpenAI a una oferta de compra de Elon Musk y por el anuncio de inversiones millonarias en el sector.
La nueva plataforma de inteligencia artificial, que desafía a las tecnológicas estadounidenses, enfrenta ataques maliciosos a gran escala mientras su modelo de bajo coste genera tensiones en los mercados.
El lanzamiento de ALIA, una familia de modelos de inteligencia artificial públicos y abiertos diseñada para 35 lenguas de Europa, incluidas las cooficiales españolas, marca un avance clave hacia la autonomía tecnológica y la reducción de la dependencia de las grandes corporaciones.
La Fundación BBVA ha galardonado a estos dos estadounidenses, expertos en informática y ciencias de la computación, por sus investigaciones fundamentales en el campo del aprendizaje automático. Sus trabajos han permitido avances significativos en áreas como la biometría y la inteligencia artificial, con implicaciones en la seguridad y la economía.
Los costos ocultos del desarrollo de la inteligencia artificial generativa (en inglés, GenAI) van más allá de lo económico o lo medioambiental: también tienen un fuerte impacto social.
En su top ten anual, Nature destaca a este grupo de investigadores e investigadoras que han impulsado cambios importantes en sus campos. Sus avances incluyen el desarrollo de relojes atómicos ultraprecisos, la lucha para destapar los casos de fraude científico y la mejora de la equidad en la academia, entre otros.
Tres científicos del clima han utilizado inteligencia artificial para analizar diez modelos climáticos globales. Los resultados son alarmantes: el calentamiento global será mayor de lo que se pensaba, especialmente en regiones como el Mediterráneo, y podría causar eventos climáticos extremos.
Esta nueva herramienta de inteligencia artificial, desarrollada por el equipo de investigadores de Google DeepMind, supone un avance en la predicción de incertidumbres y riesgos meteorológicos, al ofrecer información más rápida y precisa con hasta 15 días de antelación. Se trata de un modelo de código abierto.
Más de 40 artículos en las distintas revistas del grupo Nature presentan hoy los resultados parciales del ambicioso proyecto de mapear los 37 200 millones de estas unidades fundamentales de la vida. Una tarea compleja que requiere combinar técnicas de genómica e inteligencia artificial para estudiar con gran resolución las firmas moleculares de un amplio abanico de células, como las que forman la placenta.