El uso de cannabis en menores, incluso esporádico, se asocia con un rendimiento escolar más bajo y un mayor malestar emocional, según un estudio en EE UU. Los expertos alertan de que los productos actuales son más potentes y pueden interferir en el desarrollo cerebral, lo que aumenta los riesgos para los jóvenes.
El consumo de marihuana una o dos veces al mes se asoció con un peor rendimiento escolar y angustia emocional en los adolescentes, según un estudio en EE UU dirigido por Ryan Sultán, profesor adjunto de psiquiatría clínica de la Universidad de Columbia. Es más, cuanto más frecuentemente tomaban cannabis los jóvenes, más probabilidades tenían de manifestar malestar emocional y otros problemas sociales y académicos.
“Mientras que estudios anteriores se han centrado en los efectos del uso frecuente de cannabis entre los adolescentes, nuestro estudio descubrió que cualquier cantidad puede poner a los menores en riesgo de quedarse atrás en la escuela. Y aquellos que lo consumen con más frecuencia pueden tener el mayor riesgo”, afirma Sultán, que estudia el consumo de sustancias en esta población.

Unos pocos porros ‘inofensivos’ pueden tener consecuencias académicas reales

“Unos pocos porros ‘inofensivos’ pueden tener consecuencias académicas reales. Los adolescentes que lo toman habitualmente suelen tener dificultades para concentrarse, faltan a clase y pueden perder interés en sus planes de futuro”, añade el especialista.
Si bien el consumo de muchas sustancias se encuentra en mínimos históricos entre los jóvenes estadounidenses, el cannabis sigue siendo una excepción. Aproximadamente 1 de cada 5 estudiantes de secundaria lo toma en la actualidad, y alrededor del 6 % de los alumnos de 12 º curso (el equivalente a 2º de Bachillerato en España) lo consume a diario, una tasa que ha aumentado en la última década.
“El impacto puede ser dramático”, subraya Sultán. “No es raro que un adolescente fume marihuana solo unas pocas veces antes de mostrar signos de abstinencia y empeoramiento del estado de ánimo”.
Los científicos están especialmente preocupados porque los productos de cannabis actuales contienen entre dos y tres veces más THC (el ingrediente que provoca el efecto psicoactivo) que en el pasado, lo que los hace más potentes.
Además, estudios anteriores han demostrado que su consumo durante la adolescencia, cuando el cerebro aún está desarrollando conexiones neuronales fundamentales, puede tener efectos duraderos en las funciones cognitivas que son cruciales para el rendimiento académico.

El consumo de cannabis, incluso de forma ocasional, durante estos períodos críticos de crecimiento puede descarrilar el desarrollo normal

“El cerebro de un adolescente aún está desarrollando los circuitos para el aprendizaje, el autocontrol y la regulación emocional”, afirma Tim Becker, psiquiatra infantil y adolescente del Weill Cornell Medicine y coautor del estudio. “El consumo de cannabis, incluso de forma ocasional, durante estos períodos críticos de crecimiento interfiere en esos procesos y puede descarrilar el desarrollo normal”.
El nuevo estudio analizó los datos de una encuesta nacional realizada entre más de 160 000 estudiantes estadounidenses de 8.º, 10.º y 12.º grado (2º y 4º de la ESO y 2º de Bachillerato) entre 2018 y 2022. Más de una cuarta parte de los encuestados declararon consumir cannabis; menos del 20 % dijeron tomarlo una vez al mes o con menos frecuencia; y un porcentaje mucho menor afirmaron que lo hacían semanalmente o casi a diario.
Así, los adolescentes que consumían cannabis una o dos veces al mes mostraron índices más altos de síntomas similares a la depresión, ansiedad y comportamiento impulsivo que los que no lo usaban.
Los consumidores casi diarios tenían casi cuatro veces más probabilidades de sacar malas notas y se desvinculaban con frecuencia de las actividades escolares. Además, estas asociaciones eran aún más fuertes en los usuarios más jóvenes.
Los expertos recomiendan mantener conversaciones francas y sin prejuicios con los adolescentes sobre el cannabis desde una edad temprana y con frecuencia.
“Asegúrense de que entiendan que ‘natural’ no significa ‘seguro’”, concluye Sultán. “Los padres también deben estar atentos a señales de alerta como el descenso en las calificaciones, los cambios de humor o la pérdida de interés en las aficiones, y considerar que el cannabis podría ser la explicación”.
Referencia:
Ryan Sultán et al.: ‘Cannabis Use Among US Adolescents’. Pediatrics 2025