Nuestro cerebro no solo registra lo que vemos, sino que organiza esa información en estructuras geométricas complejas. Esta capacidad, esencial para orientarnos y recordar, se basa en la actividad coordinada de distintas poblaciones neuronales que construyen mapas mentales dinámicos y precisos.
El análisis de más de 45 000 personas de Europa y EE UU revela que los niños diagnosticados a edades tempranas suelen mostrar problemas de interacción social desde la primera infancia. En cambio, cuando la detección es más tardía presentan mayor riesgo de depresión y otros trastornos de salud mental.
Investigadores de la Universidad de Boston sugieren que los recuerdos de momentos cotidianos adquieren más fuerza cuando se asocian a un hecho significativo: algo sorprendente, gratificante o con carga emocional. Los resultados del estudio podrían servir para mejorar el aprendizaje y desarrollar tratamientos frente a problemas de memoria.
Investigadores finlandeses han analizado cómo el cerebro reacciona de forma inmediata ante escenas de acoso. Estas imágenes despiertan de manera instantánea circuitos ligados a la emoción y la respuesta a amenazas.
Una investigación revela que los chatbots de IA más populares responden adecuadamente a preguntas de riesgo muy alto o muy bajo, pero fallan en casos intermedios.
Esta condición provoca que las personas no sientan placer al escuchar música. Un nuevo estudio explora su origen en una desconexión cerebral para entender mejor cómo el cerebro procesa los estímulos positivos.
Un amplio estudio intergeneracional en Reino Unido revela que el impacto psicológico del abuso verbal infantil es comparable al del físico, con consecuencias igual de duraderas y perjudiciales. Sin embargo, denuncia que rara vez se les da la misma importancia.
Un estudio revela que los niños que poseen un móvil a los 12 años o antes son más propensos a presentar pensamientos suicidas, agresividad, desconexión de la realidad, mala estabilidad emocional y baja autoestima.
A pesar de la preocupación sobre la formación del lenguaje en los niños durante la pandemia, una investigación revela que los menores de tres años aprenden palabras nuevas incluso cuando su interlocutor tiene la boca tapada. Según los resultados, el estudio de vocabulario a estas edades está asociado a que sigan la mirada del interlocutor y se fijen en el objeto que se les muestra.
Un nuevo estudio indica que el origen de la ansiedad y las alteraciones en la interacción social podría estar localizado en un grupo de neuronas en la amígdala. Según un experimento realizado en ratones, estas áreas afectadas tienen la capacidad de recuperar su funcionamiento.