Psiquiatras, psicólogos y pediatras advierten del gran incremento de los trastornos de ansiedad en niños y jóvenes. Detrás está un cambio drástico en la forma de vivir la infancia y la adolescencia influenciado por el uso de pantallas y plataformas como TikTok e Instagram.
La mayor investigación realizada en nuestro país sobre ingresos hospitalarios en jóvenes revela que su aumento ha sido constante desde el año 2000, pasando del 3,9 al 9,5 % en 2021. En ese periodo, la edad media disminuyó de los 17 a los 15 años.
La estadounidense María A. Oquendo fue la segunda mujer, y la primera de origen latino, en presidir la Asociación Americana de Psiquiatría. Experta en conducta suicida, en la actualidad estudia cómo entrenar a los especialistas clínicos para que manejen su ansiedad cuando trabajan con estos pacientes. Es la encargada de la próxima edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales.
Este compuesto, que se encuentra en los hongos alucinógenos, altera la actividad cerebral humana durante semanas, según un nuevo artículo publicado en Nature. El hallazgo mejora la comprensión de los efectos de las sustancias psicodélicas y ayuda a desvelar su potencial terapéutico.
Mareos, dolor de cabeza, náuseas, insomnio e irritabilidad son algunos de los síntomas que pueden sufrir alrededor del 15 % de los pacientes en tratamiento con estos fármacos al interrumpir la medicación. Este porcentaje es mucho menor de lo que se creía anteriormente, según señala una gran revisión de estudios.
Un 24 % de médicos, de entre los 16.000 profesionales incluidos en los 67 estudios científicos revisados, sufre burnout, un problema que afecta a la salud laboral del profesional, a la calidad de la atención prestada y al funcionamiento del sistema sanitario. Los resultados se publican hoy en Gaceta Sanitaria.
Un equipo de la Universidad Rey Juan Carlos está abordando el reto de definir y diseñar cómo se visualizará este gemelo virtual para simular distintos cambios de medicación y de tratamientos en esquizofrenia, ictus y epilepsia.
Las personas con una mayor predisposición genética a dormir poco tienen más probabilidades de desarrollar futuros síntomas depresivos. Sin embargo, en las que presentan más predisposición a la depresión no se detecta una mayor probabilidad de dormir poco, según un estudio con más de 7.000 personas en Reino Unido.
Neurocientíficos españoles han liderado un estudio en ratones que describe, por primera vez, un mecanismo que vincula la memoria social con las preferencias a la hora de interactuar con otros congéneres. Los resultados podrían ayudar al desarrollo de medicamentos para tratar trastornos como el de la ansiedad ansiedad por separación, frecuente en niños, apuntan los autores.
Han analizado datos de más de 500.000 personas con problemas de salud mental atendidos por el Servei Català de Salut, lo que permitirá ofrecer información valiosa para poner en marcha políticas públicas dirigidas a disminuir la incidencia.