Cartografian en tres dimensiones la superficie del Glaciar Norte de Monte Perdido, con el fin de conocer con exactitud su evolución. Es el primer escáner completo y preciso de un glaciar del Pirineo, y forma parte de una investigación que pretende realizar escaneados consecutivos en primavera y otoño tanto de este glaciar, como de otros en distintos valles pirenaicos para monitorizar con precisión el balance de masa del glaciar para cada año.
Una nueva investigación comparará la cantidad de nieve acumulada durante la estación fría, y la fusión de nieve y hielo que se produce durante la estación cálida en glaciares pirenaicos, y estudiar así su evolución. El Glaciar Norte, situado en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido del Pirineo aragonés ha sido el primero en ser escaneado en tres dimensiones.
Los investigadores de la Universidad de Zaragoza y del Instituto Pirenaico de Ecología (CSIC) han aplicado un láser escáner de largo alcance para cartografiar en tres dimensiones y a gran resolución espacial, cada medio metro, la superficie del Glaciar Norte.
Este glaciar del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido representa uno de los ejemplos más espectaculares del glaciarismo pirenaico actual. Las fotografías que muestran su evolución desde finales del siglo XIX han servido de testimonio del gran retroceso glaciar que han experimentado los glaciares del Pirineo en las últimas décadas.
En el Pirineo aragonés se encuentran los glaciares más meridionales de Europa y en los últimos años han experimentado un retroceso muy importante. Han desaparecido diversos glaciares y heleros –masas de hielo en altas montañas– y, los que quedan han disminuido su extensión y volumen de hielo.
Dada la extrema fragilidad de los glaciares pirenaicos, éstos responden de una forma muy rápida a cualquier cambio climático. Por tanto, su estudio resulta sumamente importante para conocer la evolución reciente del clima en sectores de alta montaña, zonas donde apenas existen mediciones climáticas fiables del pasado.
Los últimos restos de las masas de hielo
El equipo de trabajo, formado por J. Ignacio López-Moreno, Sergio Vicente-Serrano, Jesús Revuelto y Alfredo Serreta, planea estudiar el nivel y de los glaciares en otros valles pirenaicos, así como analizar el retroceso glaciar en la Cordillera Blanca en Perú, gracias a diversos proyectos concedidos por el Ministerio de Ciencia e Innovación, Gobierno de Aragón y Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Los glaciares pirenaicos son los últimos restos de las masas de hielo que han configurado las formas de la cordillera en el Pirineo aragonés. Su escasa superficie, el hecho de estar separados entre sí y de ser ecosistemas apenas degradados por el hombre los convierten en paisajes significativos, frágiles, excepcionales y valiosos.
El Glaciar de Monte Perdido fue declarado Monumento Natural por el Consejo de Gobierno de Aragón en el año 2007, momento en que los Monumentos Naturales de los Glaciares Pirenaicos aumentaron un 25% su superficie protegida, al pasar, con las 799,4 de éste, a 3.190,4 hectáreas.
Este glaciar está situado por encima de la cota 2.700, y su extensión sólo es superada en el Pirineo por el macizo de Aneto-Maladeta. La cara norte del Monte Perdido es uno de los complejos glaciares pirenaicos de mayor interés debido a sus notables dimensiones y su especial morfología, así como su disposición en graderío.
Los glaciares del Pirineo aragonés son los más meridionales de Europa y únicos que quedan en la Península Ibérica y fueron declarados Monumentos Naturales por las Cortes de Aragón en 1990.
En total, existen veinte glaciares localizados en una franja de 90 kilómetros que se agrupan en siete macizos pirenaicos situados entre los valles del río Gállego, por el oeste, y Noguera Ribagorzana por el este. Son los glaciares de los Macizos del Balaitus, de los Picos del Infierno, de Vignemale, de la Munia, del Posets, de Perdiguero y de Aneto-Maladeta.