Éxito en el aprovechamiento de calor residual para generar electricidad

Investigadores de la Universidad Pública de Navarra han demostrado experimentalmente que se puede aprovechar el calor residual de los humos procedentes de la combustión de una caldera y de un horno industrial para generar electricidad. En concreto, han obtenido energía equivalente a la que consumen anualmente 40 hogares.

Éxito en el aprovechamiento de calor residual para generar electricidad
La investigadora Patricia Aranguren Garacochea. / UPNA

Una investigación, publicada en la revista Applied Energy, contribuye al “aumento de la eficiencia energética de los procesos industriales y a la reducción de la emisión de gases contaminantes al ambiente, por lo que aporta su granito de arena a la sostenibilidad del sistema energético”, resume su autora principal, la ingeniera industria Patricia Aranguren Garacochea, que también se ha doctorado en la Universidad Pública de Navarra (UPNA) con este trabajo.

La termoelectricidad puede convertir el calor residual en electricidad, lo que sitúa a esta tecnología dentro del uso inteligente de la energía

Ante el reto de satisfacer la demanda energética respetando el medio ambiente, “es muy importante tanto utilizar más racionalmente los combustibles fósiles como buscar fuentes de energía alternativas”, según Aranguren, que se ha centrado en la termoelectricidad. La generación termoeléctrica es una tecnología que tiene la capacidad de producir energía eléctrica a partir de fuentes de calor residual, por lo que supone una oportunidad de recuperación energética tanto en grandes sistemas industriales, como en edificios de viviendas. Solo entre un 35 y un 40% de la energía destinada a los diferentes procesos es empleada para su fin y el resto se emite al ambiente en forma de calor residual.

“La capacidad que tiene la termoelectricidad para convertir el calor residual en electricidad sitúa a esta tecnología dentro del uso inteligente de la energía, debido al mejor aprovechamiento de los combustibles fósiles”, apunta Aranguren. La termoelectricidad se ha aplicado con éxito en diversos sectores, como, por ejemplo, el automovilístico o incluso en áreas tan exigentes como la tecnología espacial (por ejemplo, el vehículo de exploración Curiosity de la NASA enviado al planeta Marte).

Simulaciones y experimentos

Durante su tesis, Aranguren realizó simulaciones computacionales y experimentó en escenarios reales. “En ambos casos, se han obtenido valores muy prometedores para la generación eléctrica a través del aprovechamiento de los gases residuales”, indica. En concreto, desarrolló un modelo computacional que simula la generación termoeléctrica, prediciendo el comportamiento de generadores para optimizarlos. Además, este modelo computacional se enriqueció con las variables obtenidas experimentalmente, mediante los ensayos realizados a varios dispositivos de intercambio de calor.

Con este bagaje, Aranguren estudió experimentalmente un generador de electricidad, diseñado y construido por los miembros del grupo de investigación al que pertenece: Ingeniería Térmica y de Fluidos, cuyo responsable es David Astrain Ulibarrena, profesor del departamento de Ingeniería Mecánica, Energética y de Materiales y director de la tesis. “El generador se colocó en la salida de humos de una caldera empleada para calentar agua. Está compuesto por 48 módulos termoeléctricos, dos sistemas de intercambio de calor y otros dispositivos. La generación eléctrica neta óptima conseguida asciende a una potencia de 100 W/m2”, explica la doctora.

Posteriormente, para optimizar los sistemas de intercambio de calor, escogió un horno azulejero. “Se obtuvo una energía eléctrica neta máxima de 136,77 MWh/año, equivalente a la energía que consumen anualmente 40 hogares, al emplear, en el exterior de la chimenea del horno, termosifones que carecen de partes móviles y, por lo tanto, forman sistemas muy robustos y silenciosos”, describe Aranguren, que utilizó dispositivos termoeléctricos basados en el efecto Seebeck, que presentan la ventaja de no utilizar partes móviles, por lo que tienen un mínimo mantenimiento y una larga vida. Además, son aptos para el aprovechamiento de calores residuales de baja temperatura (inferior a 250º C), que conforman el 70% de los que se desechan.

Referencia bibliográfica:

P. Aranguren, D. Astrain, A. Rodríguez, and A. Martínez. Experimental investigation of the applicability of a thermoelectric generator to recover waste heat from a combustion chamber. Applied Energy, 152:121–130, 2015. doi: 10.1016/j.apenergy.2015.04.077.

Fuente: UPNA
Derechos: Creative Commons
Artículos relacionados