El Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca publica una investigación sobre herbicidas, fungicidas e insecticidas utilizados en el cultivo de la vid en La Rioja y la contaminación que provocan en los suelos. Apenas existen estudios similares ni legislación al respecto, pero según los investigadores este trabajo pone de manifiesto la necesidad de establecer estrategias para aplicar los pesticidas de forma más eficiente.
Un estudio del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (IRNASA, centro propio del CSIC) ofrece por primera vez datos sobre la contaminación por pesticidas de suelos de La Rioja dedicados al viñedo. La investigación acaba de ser publicada en la prestigiosa revista científica Science of The Total Environment y tiene un carácter pionero, puesto que apenas se han realizado antes análisis similares en esta zona.
La idea partió de una investigación anterior que reveló altos niveles de pesticidas tanto en aguas subterráneas como superficiales. A partir de esos resultados, los científicos seleccionaron una serie de puntos en las tres subáreas de La Rioja, Rioja Alta, Rioja Alavesa y Rioja Baja, próximos a las captaciones de aguas examinadas y evaluaron en los suelos los niveles de aquellos compuestos que se habían determinado en las aguas en concentraciones más elevadas que las establecidas por la Unión Europea (0.1 µg/L) para aguas de bebida.
Los científicos analizaron 17 pesticidas: ocho fungicidas, siete herbicidas y dos insecticidas; y los resultados que ahora se publican corresponden a campañas de análisis realizadas en marzo, junio y octubre de 2012. “Como conclusiones generales, podemos destacar la presencia de concentraciones más elevadas de herbicidas en el mes de marzo”, apunta Eva Pose Juan, una de las autoras del trabajo.
Este resultado tiene que ver con el calendario agrícola, que determina el uso de productos para combatir las malas hierbas con la llegada de la primavera, mientras que la utilización de fungicidas e insecticidas se corresponde más con necesidades puntuales de los cultivos para el control de enfermedades que pueden aparecer en diferentes momentos del año y por diferentes causas.
Los herbicidas fluometuron y terbutilazina fueron los compuestos determinados en mayor concentración en los suelos y, en general, se detectaron con mayor frecuencia en la zona de Rioja Baja. También destacaron los fungicidas metalaxil y kresoxin-metil y el insecticida metoxifenocide.
Sin legislación sobre suelos
Los investigadores que han llevado a cabo el estudio no hacen una valoración sobre los resultados desde un punto de vista ambiental, ya que no existe una legislación específica sobre contaminación de suelos por productos agroquímicos.
“Las concentraciones parecen altas en algunas muestras, pero no existe una legislación al respecto”, comenta Sonia Rodríguez Cruz, otra de las investigadoras que ha participado en el proyecto. En el caso de las aguas, sí se han establecido límites concretos, probablemente, porque la contaminación en este medio puede afectar directamente al ser humano.
Dado que los puntos de muestreo de suelos se localizaron en lugares próximos a las captaciones de aguas previamente estudiadas, los investigadores se centran en la actualidad en evaluar la posible relación de la contaminación por estos compuestos en ambos medios.
La contaminación del suelo es una preocupación muy reciente y sólo existe legislación relacionada con actividades industriales, pero el cultivo de la vid es una de las actividades agrícolas que requiere más productos fitosanitarios, por ejemplo, mucho más que los cereales, según los expertos. La aplicación de fungicidas en este cultivo es realmente importante en muchos casos para evitar pérdidas cuantiosas en las cosechas. Sin embargo, en algunas ocasiones sólo el 0,1% de estos compuestos llega realmente a los cultivos, perdiéndose en el medio ambiente gran parte del producto, que es potencialmente tóxico.
Estrategias para ganar eficiencia
Por eso, los investigadores del IRNASA consideran que estos resultados ponen de manifiesto la necesidad de establecer estrategias para aplicar los pesticidas de forma más eficiente y en esto se centra el trabajo actual de este grupo de investigación, liderado por María Jesús Sánchez Martín, un equipo que llevó a cabo estos estudios de aguas y suelos en La Rioja entre 2011 y 2014. De acuerdo con sus datos, una de las claves del comportamiento de los pesticidas en el medio ambiente puede estar en el tipo de suelo, de ahí la importancia de recomendar prácticas agrícolas adecuadas que “permitan la degradación de estos compuestos en el suelo y eviten el transporte de los mismos a las aguas”.
Además, estos análisis pioneros resultan del máximo interés para los propios fabricantes de pesticidas, que pretenden ofrecer productos respetuosos con el medio ambiente. El estudio anterior, llevado a cabo sobre determinación de residuos de pesticidas en las aguas, llamó la atención de la empresa que comercializa uno de los insecticidas detectado, y por ese motivo inició un estudio paralelo con el fin de buscar una explicación a la presencia de los residuos del compuesto y recomendar prácticas de manejo adecuadas para evitar estas contaminaciones.
Referencia bibliográfica
Pesticide residues in vineyard soils from Spain: Spatial and temporal distributions. Eva Pose-Juan, María J. Sánchez-Martín, M. Soledad Andrades, M. Sonia Rodríguez-Cruz, Eliseo Herrero-Hernández. Science of The Total Environment, Volume 514, 1 May 2015, Pages 351–358. doi:10.1016/j.scitotenv.2015.01.076