Los babuinos intimidan sexualmente a las hembras para controlarlas

Los machos de babuino Chacma en la sabana del África meridional a menudo recurren a la violencia y a largos períodos de intimidación sexual para coaccionar a sus compañeras. Esta es la conclusión de un estudio que ha permitido observar al menos una agresión cada ocho horas por parte de los machos hacia las hembras fértiles. Los resultados podrían explicar el origen evolutivo de la violencia sexual en los humanos.

Los babuinos intimidan sexualmente a las hembras para controlarlas
Los machos babuinos usan técnicas coercitivas para forzar las decisiones de apareamiento de las hembras. / Alecia Carter

Nadie ha visto nunca a un babuino macho forzando a una hembra a aparearse con él, pero esto no quiere decir que no suceda. En realidad, según revela un equipo internacional de científicos, sus estrategias para someterlas son menos obvias.

Un estudio, publicado en la revista Current Biology, demuestra que a través de la intimidación sexual –que ocurre cuando la agresión y el apareamiento no suceden al mismo tiempo–, los machos de babuino Chacma (Papio ursinus), que habitan en Namibia, al suroeste de África, consiguen sus objetivos de reproducción a largo plazo.

Los científicos, liderados por el Instituto de Estudios Avanzados de Toulouse (Francia), se centraron en dos poblaciones de papión negro, como también se conoce a esta especie, para observar directamente cómo los machos dirigen ataques no provocados y persecuciones hacia una hembra en celo y se mantienen cerca de ella formando fuertes vínculos desde el inicio de su ciclo hasta el final.

En la intimidación sexual, la agresión y el apareamiento no se agrupan en el tiempo

“Observamos relaciones particulares entre un macho y una hembra, caracterizadas por altos niveles de proximidad espacial durante varias semanas consecutivas y por la actividad sexual cuando la hembra estaba sexualmente receptiva”, asegura a Sinc la coautora del trabajo Elise Huchard, del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS, por sus siglas en francés).

Una agresión cada 8 horas

Durante este tiempo, algunos de los machos mostraron comportamientos agresivos hacia sus parejas. “Estimamos que una hembra fértil se enfrenta, en total, a una agresión cada 8 horas y una lesión cada 73 días”, afirma Huchard. De hecho, estas agresiones son una de las causas principales de daño para las hembras fértiles, una situación que se reduce a una agresión cada 32 horas en hembras lactantes.

Así, los investigadores percibieron que los babuinos que repiten agresiones frecuentes durante las semanas anteriores a la ovulación incrementan las posibilidades de monopolizar el apareamiento con una hembra durante los días más fértiles.

Según la científica francesa, las agresiones de los machos funcionan como técnica de intimidación. "Amenazándolas y atemorizándolas durante períodos prolongados, los machos disuaden a las hembras de apartarse de ellos y las incitan a aceptar el apareamiento”, recalca.

Macho babuino atacando a una hembra. / Alecia Carter

Sin embargo, la investigadora del CNRS subraya la dificultad para concretar la duración de esos períodos de agresiones. “Probablemente dura mientras un macho permanece asociado a una hembra fértil y puede disminuir cuando se queda embazada”, asegura.

Agresiones en otros primates

Estudios previos ya habían demostrado el uso de la intimidación sexual en las sociedades de chimpancés, por lo que el hallazgo de este equipo de investigadores reafirma que esta estrategia de apareamiento se da en otras sociedades de primates y proporciona importantes datos al estudio del origen de la violencia sexual en humanos.

El hallazgo reafirma que los largos períodos de intimidación sexual se dan en otras sociedades de primates

“Las formas de violencia sexual observadas en los babuinos Chacma pueden parecerse a algunos patrones de violencia sexual que se encuentran comúnmente en los humanos –por ejemplo, la violencia doméstica–, en el sentido de que son expresadas de forma similar en relaciones a largo plazo, donde hay una gran proximidad espacial y adhesión entre el macho y la hembra”, asegura Huchard.

No obstante, la coautora del trabajo advierte de que debemos ser cautos al establecer tales similitudes. “El origen evolutivo de la intimidación sexual humana tan solo es una posibilidad, hay otras explicaciones alternativas. Por ejemplo, en los seres humanos esta estrategia varía mucho según la cultura, pero en chimpancés y en babuinos aún es temprano para hablar de razones culturales", subraya.

Por el momento, es poco lo que se sabe sobre la intimidación sexual en animales a falta de estudios, según apuntan los científicos. El equipo continuará observando a los babuinos para explorar las variaciones entre los niveles de agresión y si existen otras estrategias de apareamiento por parte de los machos.

Referencia bibliográfica:

A. Baniel et al. "Male Violence and Sexual Intimidation in a Wild Primate Society". Current Biology, 6 de julio de 2017. DOI 10.1016/j.cub.2017.06.013 http://www.cell.com/current-biology/fulltext/S0960-9822(17)30714-5

Fuente: SINC
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