El color de las cenefas de un vestido desató hace unos meses la polémica en internet. Unas personas veían el vestido azul y negro, mientras que otras lo percibían blanco y dorado. Investigadores de la Universidad de Extremadura explican las causas científicas detrás de este fenómeno
El pasado mes de febrero, la fotografía de un vestido que circuló por internet se hizo polémica porque algunas personas veían sus cenefas de color azul y negro mientras que otras las percibían blancas y doradas. La red se inundó de comentarios que carecían de validez científica y muchas preguntas surgieron, sobre todo por parte de estudiantes de ciencias. Ante esta situación, los investigadores del Grupo Orión en la Universidad de Extremadura, María Isabel Suero, Ángel Luis Pérez y Pedro Pardo, decidieron comprar el famoso vestido para investigar, en colaboración con la Universidad de Granada y el Instituto de Tecnología de Rochester, las causas científicas de esta discrepancia.
El proceso de percepción del color comienza cuando la luz blanca habitual, que es la mezcla de todos los colores, llega hasta un objeto. Allí, algunas longitudes de onda son absorbidas y otras son reflejadas por la superficie de dicho objeto. La luz reflejada alcanza la retina del ojo, donde se transforma en pequeños impulsos eléctricos que se propagan hasta la corteza cerebral. “Así, la percepción del color depende de muchos factores, tales como, el tipo e intensidad de la luz, la composición de la materia del objeto, la distribución de conos en la retina del ojo, la densidad del humor vítreo y transparencia de nuestro cristalino y, finalmente, del cerebro que interpreta toda esta información”, explica la catedrática de Física Óptica María Isabel Suero.
La primera conclusión de la investigación, publicada en la revista Colour Research & Application, es que el problema no está en el vestido sino en la fotografía que circula por internet. El vestido es en realidad azul y negro, y así lo perciben todas las personas sin excepción. La cuestión para los investigadores ha sido averiguar en qué condiciones se realizó la fotografía para que la percepción del color fuese diferente. Para ello, los físicos recrearon de manera exacta en el laboratorio dichas circunstancias y obtuvieron una imagen con las mismas características que la difundida en internet. Este proceso ha permitido descubrir por qué en la fotografía no se ve el vestido del mismo color. La respuesta a este interrogante la tiene el denominado mecanismo fisiológico de constancia del color y las habilidades que tiene cada persona para descontar el iluminante.
Qué es la constancia del color
El objetivo fundamental del sistema visual es identificar y reconocer los objetos y, para ello, una de las características más útil es el color. Si se cambia el iluminante sobre un objeto, es decir, se pasa de iluminarlo con la luz del día a hacerlo con la luz del atardecer o con luz amarilla, cambiará el espectro de las longitudes de ondas de la luz que refleja dicho objeto y viaja hasta los ojos. Esto hace que se perciba el mismo objeto con un color diferente.
Para evitar esta confusión, el sistema visual ha desarrollado la constancia del color, que permite al cerebro, a partir de la información de todos los colores que le llega de la escena que visualiza, adivinar el iluminante que ilumina la escena y corregir la información luminosa que recibe del objeto en cuestión. El ojo puede percibir el objeto del mismo color con el que lo percibiría iluminado con la luz del día. Esto es lo que los científicos llaman 'descontar el iluminante' y que permite ver un objeto del mismo color independientemente de la luz que le ilumine. Esta capacidad es diferente en cada persona.
La fotografía está mal hecha
Así, los resultados de la encuesta en este trabajo, llevada a cabo a más de 1.200 personas, revelan que la mitad de los observadores ven el vestido azul y negro y la otra mitad blanco y dorado, con independencia de la edad o el sexo de los encuestados. En otras palabras, las personas que ven el vestido como azul y negro, como es en realidad el original, es porque tienen más desarrollado el mecanismo de constancia del color y son más capaces que otras de descontar el iluminante.
Ahora bien, si el ojo, en mayor o menor medida, es capaz de descontar el iluminante, ¿qué provoca en este caso la distinta percepción de colores? Para los investigadores de la UEx, la imagen de internet no ofrece suficiente información de contexto que ayude a descontar el iluminante y, además, el balance de blancos de la cámara no funcionó bien en el momento de tomar la fotografía, debido a un error de ajuste en los parámetros de la cámara fotográfica. La fotografía estaba simplemente mal hecha.
¿Y por qué las personas que no pueden descontar el iluminante en esta imagen ven el vestido de color blanco y dorado? La explicación es muy sencilla. Los científicos de la UEx aclaran que el color del fondo abajo a la derecha de la fotografía parece sugerir, debido al iluminante y a los parámetros de la cámara, que se le suma un color amarillento a los colores del vestido.
Si la persona que observa la fotografía es capaz de restar ese tono amarillento verá el vestido con los colores originales. Si por el contrario, no es capaz de hacerlo, lo percibirá con los colores correspondientes al espectro de longitudes de ondas que viajan desde cada zona de la foto a su ojo y que resultarán ser azul más amarillo, que se percibe como blanco -colores complementarios- y negro más amarillo que puede originar una tonalidad dorada.
El vestido original está expuesto en una vitrina situada en la planta baja del edificio de Física de la Facultad de Ciencias de la UEx. Junto al vestido, hay un IPad con la controvertida fotografía y una urna para recoger los datos de todos aquellos que quieran participar en la encuesta.
Referencia bibliográfica:
Manuel Melgosa, Luis Gómez-Robledo, María Isabel Suero, Mark D. Fairchild. “What can we learn from a dress with ambiguous colors?” Colour Research & Application, Volume 40, Number 5, October 2015