El pelo de este animal no sólo no tiene utilidad, sino que genera un problema de contaminación porque no existe ninguna manera de eliminarlo de forma eficaz. En zonas con una muchas explotaciones porcinas, los residuos adquieren un volumen considerable, por eso el Departamento de Ingeniería Química y Textil de la Universidad de Salamanca ha desarrollado un sistema para transformarlo en aminoácidos aprovechables para alimentación o cosmética.
De momento es un experimento de laboratorio, pero en el futuro podría desarrollarse para crear un centro de tratamiento específico para este tipo de residuos.
"El pelo de cerdo es un problema, sobre todo en Salamanca, con una gran cantidad de productores de jamón y otros derivados; este problema es extensible a todo el mundo", afirma la investigadora María del Carmen Márquez Moreno.
"Los estudios que hemos hecho nos han permitido transformar el pelo de cerdo en aminoácidos, que tienen mucho valor y están muy demandados". Los aminoácidos son sustancias químicas orgánicas que constituyen los componentes fundamentales de las proteínas, de ahí que se puedan utilizar en alimentación humana y animal, en cosmética o en aplicaciones farmacéuticas.
Hasta ahora, para eliminar un residuo sólido como el pelo de cerdo existían dos opciones: quemarlo o llevarlo al vertedero. La primera opción produce contaminación atmosférica y la segunda supone un problema aún mayor, porque la cantidad de pelo que se desecha se cuenta por toneladas al cabo de un año, de manera que incrementa el volumen de residuos intratables.
Por otra parte, la legislación actual obliga a reducir la cantidad de materia orgánica que acaba en los vertederos convencionales. El problema es el gran volumen de residuos de pelo que se produce y la manera en que se trata.
El proceso de transformación
El Departamento de Ingeniería Química y Textil de la Universidad de Salamanca transforma el pelo de cerdo por hidrólisis, una reacción química provocada por el contacto entre el agua y otras sustancias que acaba por descomponer ciertas moléculas. Los científicos han ensayado dos vías: la hidrólisis enzimática y hidrólisis en condiciones subcríticas, con temperatura elevada, pero por debajo de la temperatura crítica del agua, es decir, aquella a partir de la cual no puede estar en estado líquido independientemente de la presión a la que esté sometida.
El tratamiento enzimático consiste en mezclar el pelo con agua en presencia de una enzima, a una temperatura de entre 40 y 60º, y una presión atmosférica determinada. La hidrólisis en condiciones subcríticas es un proceso similar, que mezcla agua y pelo, a una temperatura de entre 250 y 300º centígrados y la presión correspondiente a esa temperatura, que es superior a la atmosférica.
"Los mejores resultados se han obtenido con el proceso subcrítico, ya que elimina todo el pelo y logra obtener aminoácidos", señala la experta. En este proceso, además de aminoácidos, se produce CO2. En cambio, con la enzimática aún quedan residuos de pelo, según los investigadores.
Hasta ahora, el estudio se ha realizado en el laboratorio y constituye parte de la tesis doctoral de María Belén Esteban: "El siguiente paso sería realizarlo en una planta piloto para llevarlo a escala industrial". El objetivo, que en un futuro pueda haber un centro en Salamanca dedicado a esta transformación.