El consorcio vasco Neiker-Tecnalia, en colaboración con centros de I+D y universidades de Argentina, Uruguay, Bolivia, Perú, Ecuador y Costa Rica, está llevando a cabo un estudio de los genes de patata que mejor se adapten a las condiciones previstas de cambio climático, caracterizadas por una disminución de la lluvia y temperaturas más extremas de calor y frío. El objetivo es identificar los genes más resistentes ante este fenómeno.
Neiker-Tecnalia está investigando los genes de patata que mejor se adaptan a las condiciones previstas de cambio climático, es decir, menos lluvias y temperaturas más extremas de calor y frío.
El objetivo es identificar los genes más resistentes con el fin de crear nuevas variedades de patata que se adapten de forma óptima a las futuras condiciones climáticas. Por otro lado, la investigación persigue también conocer cómo se comportarán las variedades actuales en una situación de mayor sequía y temperaturas más altas y bajas, señala el grupo.
El estudio forma parte del proyecto Papaclima, que está siendo desarrollado por un consorcio internacional formado por Neiker-Tecnalia y centros de I+D y universidades de Argentina, Uruguay, Bolivia, Perú, Ecuador y Costa Rica.
Este grupo busca nuevas variedades de patata más resistentes, ya que se trata de un cultivo muy susceptible al cambio climático y de un alimento básico para millones de personas en todo el mundo.
Además, en el proyecto se investigan variedades comerciales, patatas nativas procedentes de Sudamérica, variedades antiguas procedentes de las Islas Canarias y especies silvestres.
Rendimiento, clorofila y agua
Los investigadores de Neiker-Tecnalia han evaluado el comportamiento de todas estas variedades frente a la sequía y altas y bajas temperaturas mediante ensayos en invernadero y en condiciones controladas, y tambien con pruebas de campo en Álava y Salamanca.
En todas las pruebas, se sembraron patatas idénticas, con el fin de comparar las producciones bajo las diferentes condiciones ambientales. Los parámetros analizados han sido, entre otros, el rendimiento y el contenido de clorofila y agua.
Los técnicos del consorcio han recogido información genética de cada variedad en el momento en que la planta se encuentra estresada; es decir, sometida a condiciones adversas de sequía, frío o calor. De esta forma, se puede observar qué genes se están expresando cuando la planta está bajo un estrés determinado. La técnica permite identificar los genes concretos del genoma que participan en los mecanismos de respuesta a la sequía, al frío y al calor.
Sequía, frío y calor
Identificar los genes que hacen a la planta más resistente a la sequía, el frío o el calor resulta esencial como primer paso para desarrollar nuevas variedades que se adapten a las condiciones climáticas futuras. Igualmente, supone una información fundamental para conocer cómo se comportarán las variedades actuales ante los afectos del cambio climático.
El material de planta usado en los proyectos de Papaclima/Clipapa incluía 74 variedades comerciales pertenecientes a las especies S. tuberosum, S. andigena y S. chaucha (incluyendo variedades nativas de España e Islas Canarias), 32 especies silvestres del banco de germoplasma de Neiker-Tecnalia, 14 variedades nativas de Sudamérica, 10 clones avanzados procedentes del programa de cruzamientos de Neiker-Tecnalia, y 45 entradas de patatas silvestres recolectadas en Costa Rica.