Son los maestros quienes nos conducen en nuestros primeros pasos por el pensamiento científico y crítico. Así lo cree Antonio G. Valdecasas, que colabora en Scitable, una biblioteca virtual abierta con valiosos recursos didácticos para la enseñanza y la comunicación de las ciencias, creada por el grupo editorial Nature. Valdecasas, que es investigador en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC), es coautor de un módulo sobre cibertaxonomía y ecología en este portal.
Hay una idea equivocada acerca de lo que es la difusión del conocimiento. Están los ‘manejadores’ de noticias –también llamados periodistas científicos– que vienen a ser como los soldados de reconocimiento que nos trasmiten las noticias inmediatas: ¡que el enemigo ha avanzado varios cuerpos!, ¡que se ha descubierto una vacuna nueva! Cumplen el papel de ‘avistadores’. Su labor de trasmisión es necesaria y el valor principal es la de servir de alerta.
Entre las cualidades más apreciadas de estos profesionales destaca el ser lo suficientemente avispados y receptivos para noticiar hechos interesantes que la competencia pase por alto.
Por otro lado, están aquellos cuya formación les permite hacer un análisis de las noticias, quizás no de todas, y de unas más profundo que de otras –ya se sabe que la aspiración al totum renacentista es hoy en día una pura entelequia–. Estos profesionales han sido o son practicantes de alguna disciplina científica.
En cualquiera de estos dos niveles de difusión, el receptor está a merced del comunicador, salvo que sea especialista de la materia noticiada.
Hay otro nivel, de naturaleza muy diferente, donde lo que se difunde es un conocimiento que uno puede manejar. Y el primer escalón de este nivel es el que dan los profesores de enseñanza básica. No solo enseñan herramientas tan fundamentales como el buen uso de la lengua, sino también otros lenguajes que nos adentran en un mundo en el que es posible que construyamos nuestras propias respuestas o nos permiten analizar las de otros a múltiples problemas.
Por poner un ejemplo sencillo, una materia aparentemente tan áspera como la trigonometría, vista desde el ángulo adecuado –y nunca mejor dicho– suministra los elementos necesarios para entender multitud de fenómenos de la tecnología moderna, entre ellos, cómo nos podemos comunicar a través de la telefonía sin hilos (que se decía no hace mucho).
Es la trasmisión de estos pilares básicos la que nos permite analizar las noticias que nos llegan y el mundo en el que nos movemos: desconfiar de aquellos que doblan cucharas con solo mirarlas o de los perfiles caracterológicos construidos con nuestra interpretación de unas manchas de tinta, por citar dos ejemplos. Olvidar utilizar y mejorar este conocimiento fundacional nos convierte en consumidores de noticias –ya lo somos en exceso de otras muchas cosas– que, como mucho, podremos repetir cual papagayos.
Es este tipo de difusión/formación a lo que el grupo editor de Nature ha dedicado un portal abierto que llama Scitable.
Este portal tiene módulos básicos, medios y avanzados de una extensión pequeña pero suficiente para que convirtamos el conocimiento en un instrumento analítico propio. Cada módulo está relacionado con otros que permiten rellenar lagunas o avanzar en la materia, según nuestras necesidades.
Actualmente Scitable tiene unidades sobre genética, ecología y biología celular, que incluyen tópicos como evolución, expresión de genes y procesos celulares. Así, se puede leer, en un módulo sobre el árbol evolutivo humano, las fuentes de evidencia que se evalúan con diferentes modelos para el origen del Homo sapiens (desde África o multirregional) y los aspectos en los que todavía existen incertidumbres. Muchos conceptos del artículo están descritos en el mismo (solo hay que situar el ratón sobre ellos para que se abra una ventana explicativa), y frecuentemente enlaza a otros para profundizar en determinados conceptos.
Aunque cada módulo se puede estudiar de forma independiente, hay también 'senderos de aprendizaje' que organizan varios módulos en un orden de estudio lógico.
Además Scitable tiene otros módulos sobre comunicación, muy útiles, sobre todo, para científicos interesados en comunicar ciencia de un modo efectivo, no solo a sus pares, sino también a un público general, ya sea en artículos, conferencias, correos, etc.
Quentin Wheeler y el autor de estas líneas hemos escrito un módulo sobre Cibertaxonomía y Ecología: una nueva forma de entender y realizar la exploración de especies –explorar, descubrir, caracterizar, y emparentar los seres vivos– que permitirá un uso e interacción más fácil con todos los datos que se producen en el registro de la vida.
Frente al ruido pseudoinformativo indiscriminado habitual, Scitable ofrece, por un poco de esfuerzo intelectual, la posibilidad de construir una formación básica desde la que mirar al mundo del conocimiento con un mínimo de sentido crítico.