Las dos principales sociedades de reproducción asistida – la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE) y la Federación Internacional de Sociedades de Fertilidad (IFFS) – están de acuerdo en la falta de seguridad de los pacientes que cruzan la frontera para someterse a una reproducción asistida. La razón básica: la falta de normas clínicas estandarizadas entre los países.