En la población infantil, la obesidad es un factor de riesgo en el desarrollo del síndrome de apnea-hipopnea del sueño (SAHS). Aunque la tasa de prevalencia es parecida a la de los adultos, su tratamiento es más efectivo. La extracción de las anginas soluciona el problema respiratorio nocturno, pero aún hay un 75% de casos sin diagnosticar.