Hay una explicación científica para los deportistas fuera de serie: poseen una combinación genética preparada para batir marcas. Con los avances en terapias génicas, los expertos se plantean si el resto de atletas tendrá que modificar su genoma para poder competir en igualdad de condiciones, algo no permitido por las autoridades deportivas. Además, la complejidad del ADN amenaza con echar por tierra los controles de dopaje genético, al no poder distinguir entre variantes genéticas naturales o introducidas. Algo similar ocurrió con los controles de género.