El canto de amor deja exhausto al gamo común. Ésta es la conclusión de un equipo de investigadores británicos y alemanes, que estudió una manada de gamos durante tres estaciones reproductivas sucesivas. Durante la temporada de apareamiento, los gamos comunes emiten una llamada o gruñido que sirve tanto para atraer a una pareja como para repeler a posibles competidores.
Alan McElligott, uno de los autores del estudio, explica en Animal Behaviour que los gamos machos pueden llamar en búsqueda de una hembra hasta 3.000 veces por hora durante el apogeo de la temporada de apareamiento. Este esfuerzo vocal es tan grande que muchas veces los gamos acaban roncos y su condición corporal se resiente, ya que se pelean más a menudo y reducen su ingesta de alimento. Dado que los gruñidos contienen información sobre varios aspectos del animal, como su talla y estatus en la manada, otros gamos utilizan estos datos a la hora de decidir si desafían y luchan contra posibles competidores.