Días monótonos sin moverse de la cama, con los pies en alto, sin poder ir a la ducha ni al baño, con pruebas médicas constantes y una estricta dieta. Esta es la dura experiencia que ha superado un equipo de voluntarios de la Agencia Espacial Europea (ESA) durante 21 días con el objetivo de estudiar lo que ocurrirá en los futuros vuelos espaciales.
Los voluntarios estuviron tres semanas en camas inclinada 6 grados por debajo de la horizontal. No podían ponerse de pie a menos que lo requiririera algún experimento, por lo que tuvieron que realizar todas las actividades diarias en la cama, como comer, ducharse o hacer ejercicio.