Un trabajo desarrollado conjuntamente entre el Departamento de Física Industrial de la Universidad de Turku en Finlandia, y el Departamento de Física Aplicada de la Universidad Autónoma de Madrid y publicado en Optics Express (Opt Express. (2009) 17(7):5446-56.), ha permitido obtener espejos de silicio poroso químicamente estables, que no se ven afectados ni por la oxidación ambiental, ni por los efectos químicos provocados por los gases a los que se les expone, lo que permite la reutilización indefinida de los sensores. Este trabajo ha demostrado también la capacidad de estos espejos para detectar, en cuestión de segundos, una amplia variedad de gases orgánicos producidos por diferentes procesos biológicos. De esta manera, se ha logrado obtener sensores ópticos de gas rápidos, reutilizables y de bajo coste. Asimismo, el hecho de que estos espejos estén fabricados en silicio, el material base de la microelectrónica, permite su sencilla incorporación con la electrónica de lectura y control, obteniendo así un dispositivo compacto y económico, enteramente basado en silicio.