Investigadores japoneses dirigidos desde la Universidad de Osaka (Japón) han desarrollado una técnica que utiliza luz blanca ordinaria en lugar de láser para crear hologramas de color tridimensionales. El nuevo sistema es relativamente simple y puede reproducirse a escala, por lo que se podrá aplicar en el mundo real y evitará a los espectadores usar lentes especializadas o tener que sentarse en un ángulo concreto para ver bien las imágenes en 3-D.
Hasta ahora el color de los hologramas cambia según el ángulo de visión, pero gracias a la nueva técnica se podrán desarrollar hologramas con multitud de colores que permanecen invariables aunque cambie el ángulo. El método, cuyos detalles se publican en Science, se basa en la difracción de excitaciones electrónicas (plasmones), que se propagan a la superficie de una delgada película de metal.