En muchos países se está registrando una disminución del número de jóvenes, sobre todo de mujeres, que estudian ingeniería. Esta reducción está poniendo en peligro las aportaciones de la ingeniería en materias como el cambio climático o la reducción de la pobreza. Así lo refleja el Primer Informe internacional sobre el estado de la ingeniería, que acaba de publicar la UNESCO.