La reconstrucción de los valores de ozono sobre la península entre 1979 y 2008 arroja que las tendencias comenzaron a ser positivas ocho años después de la aprobación del Protocolo de Montreal. Además, los resultados muestran que España recuperó rápidamente parte del ozono perdido gracias al ozono troposférico, un contaminante secundario derivado de las emisiones industriales.