Los hongos que se cultivan sobre residuos de laurel y eucalipto cambian de sabor y ligeramente de color y, en el caso de los cosechados con laurel, además son de mejor calidad. Así lo demuestra un estudio realizado por investigadores argentinos, algunos adscritos a la Universidad Pública de Navarra (UPNA). El objetivo, aprovechar los residuos que genera la industria de aceites esenciales.