En 2009, un grupo internacional de científicos en busca de mamíferos en el Parque Nacional de Viruá (Brasil) observó un ocelote (Leopardus pardalis) cerca de un perezoso de dos dedos (Choloepus didactylus) recién cazado, y que había empezado a ser devorado. Se trata de un acontecimiento “inusual” que es objeto de un estudio que ha publicado la revista Mammalian Biology.
“El ocelote es un depredador de pequeños mamíferos y aves, y raramente captura animales casi tan grandes como él mismo (el ocelote pesa unos diez kilogramos y el perezoso siete u ocho)”, subraya a SINC Miguel Delibes, autor principal e investigador en la Estación Biológica de Doñana (CSIC).
A pesar de no conseguir ninguna imagen fotográfica del felino, los investigadores comprobaron que había empezado a devorar a su presa por la cabeza, y regresó a comer de ella más tarde. A los pocos días solo quedaban las partes más duras de la piel y los huesos de las extremidades del perezoso.