Popularmente se cree que las setas alucinógenas ‘abren puertas a la mente’ porque estimulan ciertas zonas del cerebro. Sin embargo, su efecto parece ser el contrario. Según un estudio reciente, los alucinógenos reducen la actividad de zonas centrales, lo que provoca un estado de cognición sin restricciones. Lo cierto es que los científicos apenas tienen datos sobre los mecanismos neuronales que provocan el estado psicodélico.