El estudio de las redes complejas ha permitido la comprensión de un gran número de sistemas compuestos por la interacción de varios elementos, desde el movimiento de las moléculas al funcionamiento de Internet. El investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Jordi Bascompte, especialista en la aplicación de redes complejas a la ecología, publica un artículo en el último número de la revista Science en el que señala cómo este enfoque permite una mejor comprensión de las relaciones entre especies y supone un primer paso hacia una ecología más predictiva, capaz de responder ante retos como el cambio climático.
El trabajo forma parte de un monográfico que la revista dedica al impacto de las teorías de redes complejas en las distintas áreas de la ciencia. Los modelos desarrollados por el equipo de Bascompte en el campo de la ecología han sido aplicados a sectores tan dispares como la evaluación de riesgos financieros o las relaciones cooperativas humanas.