Una nueva directriz desarrollada por la Academia Americana de Neurología ha descubierto que el mejor tratamiento para el vértigo es el más fácil y rápido. Así, en muchos casos basta con una serie de simples movimientos de la cabeza y el cuerpo que puede realizar el paciente con ayuda del doctor o terapeuta en una camilla. Los más efectivos son los conocidos como movimientos de Semont y Epley.