El Sputnik 1, lanzado el 4 de octubre de 1957 por la Unión Soviética, fue el primer satélite artificial de la historia. Se trataba de una esfera de aluminio de 58 centímetros de diámetro que tenía instrumentos para la medición de diversos parámetros, como la temperatura.
A lo largo de su órbita recogió datos acerca de la concentración de electrones en la ionosfera. Estaba equipado con dos transmisores de radio que permitió que su señal fuera la primera captada en nuestro planeta de un objeto del espacio exterior. Siguiendo una órbita elíptica, el satélite tardaba 96,2 minutos en dar la vuelta a la Tierra. Este fue el primero de varios satélites lanzados por la Unión Soviética durante su programa Sputnik, la mayoría de ellos con éxito. Le siguió el Sputnik 2, como el segundo satélite en órbita y también el primero en llevar a un animal a bordo, una perra llamada Laika. El primer fracaso lo sufrió el Sputnik 3.
Por su parte, Estados Unidos lanzó su primer satélite, el Explorer 1, el 31 de enero de 1958 desde cabo Cañaveral, como conmemoración del Año Geofísico Internacional y en respuesta al lanzamiento del Sputnik 1 ruso. Así daba comienzo la carrera espacial, vinculada a la Guerra Fría. Al contrario que el Sputnik, el satélite estadounidense era alargado y pesaba casi cuatro veces menos. Fue el primero en detectar los cinturones de radiación Van Allen y permaneció en órbita hasta el 31 de marzo de 1970.