El lupus eritematoso sistémico siempre ha sido un gran misterio para la medicina, empezando por su nombre, lobo en latín. Se trata de una de las enfermedades autoinmunitarias más prevalente y, a día de hoy, incurable.
En ella, el mecanismo de defensa del organismo comienza a atacarse a sí mismo creando un exceso de anticuerpos en el torrente sanguíneo que causan inflamación y dañan las articulaciones, los músculos y otros órganos.
Esta enfermedad puede tener diferentes factores detonantes y se puede presentar con síntomas muy diversos. De ahí que pueda pasar desapercibido para médicos de familia y especialistas, retrasando así un diagnóstico temprano que podría ser crucial para limitar los potenciales daños en riñones, corazón, pulmones o cerebro.
Sin causa conocida, la investigación evidencia la implicación de factores genéticos, hormonas e infecciones víricas. Según la Federación Española de Lupus (FELUPUS), se cree que un 1% de la población española puede tener la enfermedad, de los cuales el 90 % son mujeres (principalmente entre 15 y 55 años de edad).
El 10 de mayo ha sido designado como el Día Mundial del Lupus, en el que organizaciones de todo el planeta trabajan para aumentar la sensibilización social y el reconocimiento de esta patología como un problema significativo de salud pública.