Mantener un equilibrio adecuado de hierro en nuestro cuerpo es fundamental. Este mineral es el penúltimo de la serie #elementosesenciales para la vida.
Se encuentra principalmente en la sangre y es indispensable porque se encarga de producir hemoglobina y mioglobina, proteínas encargadas de transportar el oxígeno a todas las células del cuerpo. Además, es un componente esencial de cientos de proteínas y enzimas
Este mineral se considera un elemento traza u oligoelemento, lo que significa que se necesita en pequeñas cantidades. Un adulto debería tener solamente entre 3 y 4 gramos de este mineral en su cuerpo. Aunque esta cantidad es relativamente pequeña, su presencia es vital para el correcto funcionamiento del mismo.
Sin embargo, una mujer en periodo de gestación necesita más, al igual que los niños o mujeres con una menstruación de sangrado abundante.
Por eso, cuando nos falta hierro pueden aparecer síntomas como el cansancio, uñas quebradizas o piel pálida. Asimismo, la deficiencia de hierro en niños se ha relacionado con un desarrollo cognitivo escaso, un rendimiento escolar limitado y patrones de comportamiento anormales.
El hierro es un elemento que no se agota en un cuerpo que funciona correctamente. De hecho, este no necesita excretarse, como sucede con otros minerales, y solo aparecen cantidades muy pequeñas en la orina o el sudor.
No obstante, como el cuerpo excreta muy poca cantidad de este mineral, nuestro metabolismo del hierro está muy regulado. Cuando nuestro cuerpo tiene hierro suficiente, una hormona llamada hepcidina bloquea la absorción de hierro que proviene de la dieta, promueve la captación del hierro por parte de las células y reduce la biodisponibilidad de este mineral.