Conocido por sus avances en investigación médica y sus problemas para transformarlos en aplicaciones clínicas, Japón ha apostado por unir los sectores público y privado para salir de este limbo que denominan "valle de la muerte". En su estrategia para convertir al sector médico en un pilar clave en la economía del país, Japón se ha decantado por acompañar sus inversiones en investigación y desarrollo con propuestas para acelerar la actual farragosa regulación, limitar la lenta burocracia y subsanar las trabas para la exportación de productos.