El banco de cerebros de la Fundación Cien trabaja con cerebros para investigar enfermedades neurológicas. Utilizan órganos donados con Parkinson o Alzheimer para apreciar huellas de la enfermedad. Aunque también lo hacen con cerebros sanos. En el banco de la Fundación cuentan con más de 300 de estos órganos, muchos de ellos congelados a temperaturas de 82 grados bajo cero.
El tejido cerebral se prepara meticulosamente; se corta en finísimas láminas para que bajo el microscopio se detecte la enfermedad. Este trabajo se apoya en pacientes vivos con la resonancia magnética. Cualquier persona sana, con una enfermedad neurológica o rara puede donar el cerebro.