Algunos tejidos biológicos tienen la capacidad de aumentar su rigidez y cambiar su color dependiendo de la tensión que se les aplique. Hasta ahora, sin embargo, la unión de ambas propiedades en un mismo material sintético ha supuesto todo un reto. Un grupo de investigadores ha utilizado polímeros para el desarrollo de un elemento que presenta variaciones en estas dos cualidades según la presión aplicada.