Los fuertes vientos han hecho que las barreras de contención del chapapote derramado en el Golfo de México se enreden y el vertido se mezcle con la tierra. El mal tiempo dificulta las tareas de limpieza. Todas las previsiones apuntan a que el crudo alcanzará las costas de Mississippi, Alabama y Florida. Hasta ahora, esfuerzos para cortar el flujo de aceite han fallado.