La onda de choque del asteroide que explosionó en febrero sobre Chelyabinsk (Rusia) impactó contra el suelo y causó un pequeño terremoto. Las vibraciones se llegaron a sentir a 4.100 km de distancia, según recoge un estudio internacional en el que participa un investigador español. Así se sintió el impacto del meteoro en una fábrica de Korkino (Rusia).