A falta del lenguaje verbal, la mayoría de los animales buscan otras formas de comunicación a través del lenguaje corporal y sonoro. Una investigación pionera del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) demuestra que el milano negro (Milanus migrans) utiliza desechos plásticos para advertir a otras aves sobre sus capacidades de lucha, la calidad de su territorio y su propensión al conflicto físico a modo se señal de prohibido el paso. De esta forma, los propietarios evitan la intrusión de otros milanos más jóvenes, que buscan robar comida o apropiarse de la zona. El trabajo, que será publicado el próximo jueves en la revista Science, es el primero en constatar el uso de señales externas al cuerpo de un animal en un contexto no sexual.