Una llamada a tiempo a emergencias hecha por un grupo de jóvenes permitirá que un nido de 88 huevos de tortuga boba (Caretta caretta), una especie en peligro de extinción, pueda tener un final feliz en unas condiciones que no eran las más favorables: una concurrida playa valenciana de la localidad de Sueca en pleno agosto.
Los jóvenes entretuvieron al ejemplar hasta que llegaron los técnicos, que pudieron hacerle analíticas, localizar el nido y protegerlo.
El nido está ahora protegido a 50 centímetros de profundidad y se salvaguarda su ubicación exacta, para que la vorágine estival y la presencia de curiosos no impida la eclosión de los huevos, prevista para la próxima semana.
"En 200 años es la cuarta cita de tortuga marina que ha venido a nuestras costas a desovar", explica Juan Eymar, técnico en recuperación de fauna marina de la Conselleria de Medio Ambiente.
A los siete u ocho días de nacer se soltarán en Sueca y algunas se quedarán en el Oceanogràfic hasta que tengan un tamaño apropiado.