España es el primer lugar de Europa que conoce el simulador neonatal. Un ingenio para hospitales y facultades de Medicina. Es el modelo más perfecto y parecido a la realidad de un bebé. Entre sus "capacidades" respira con dificultad, su boca se pone azul, la falta oxígeno e incluso puede ser necesario intubarle para evitar daños cerebrales. El bebé simulado plantea a los médicos y enfermeros casos prácticos que imitan la realidad. Reproduce las constantes vitales, tiene lloros diferentes, pupilas más o menos dilatadas y puede padecer espasmos. Es un modelo perfecto que permite el error sin hacer daño a alguien.