Según la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte. Por ello, uno de los grandes retos actuales de la medicina es mejorar la tolerancia de los implantes vasculares, que permiten seguir con vida a personas con daños en el sistema circulatorio. El ingeniero industrial Héctor Perea ha desarrollado prótesis biocompatibles fabricadas a partir de células del propio paciente. En su investigación colabora con el Centro de Ingeniería Biomédica del MIT y la Universidad de Harvard.