La IFA de Berlín, la mayor feria tecnológica del mundo, abrió la semana pasada sus puertas cargada de novedades como relojes inteligentes, móviles de última generación, híbridos de portátil y tableta, impresoras en 3D, televisores de ultra alta definición (uHD) y pantallas curvas. La cita está considerada como un hito por su capacidad para atraer a los referentes del sector, impulsar tendencias, encumbrar primicias y ejercer de revulsivo en un mercado lastrado por la crisis europea y el enfriamiento económico global. En esta edición la IFA ha congregado a 1.493 empresas de 46 países, que ocupan 145.000 metros cuadrados de exposición, y a unos 6.000 periodistas, a la espera de 245.000 visitantes, entre ellos 45.000 profesionales extranjeros. "La IFA reúne a los participantes más inteligentes del sector en un mismo sitio: la industria, los comerciantes, los medios y el público", recalcó en la presentación del evento Christian Göke, consejero delegado de Messe Berlín, la gestora del recinto ferial.
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