Las aguas residuales de una ciudad pueden convertirse en el combustible del futuro, toda una revolución que está a punto de convertirse en realidad en Chiclana de la Frontera (Cádiz), donde se desarrolla un proyecto pionero en el mundo y financiado por la Unión Europea. El proyecto "All gas", en el que colaboran un consorcio de empresas y entidades de seis países, coordinadas por la española Aqualia, se ha instalado en Chiclana de la Frontera porque el sol es uno de los principales ingredientes de este experimento que ahora, tras su primer año de rodaje, entrará en una primera fase de práctica.