Rafael Luque, investigador en la Universidad de Córdoba, ha desarrollado una nueva forma de producción de biodiésel más limpia y barata. El sistema obtiene combustible de alta calidad a partir de aceites vegetales de fritura residuales, usando como catalizador un material carbonoso procedente de desechos de mazorcas de maíz. Luque fue nombrado recientemente por el MIT como uno de los diez jóvenes españoles más innovadores.