Un nuevo resto de Homo sapiens que vivió hace poco más de 100.000 años en el entorno del actual Lago Eyasi (Tanzania) aporta un grado de diversidad de los primeros representantes de nuestra especie en África mucho mayor de lo que se había documentado hasta la fecha. El hallazgo ha sido publicado recientemente en Journal of Human Evolution por el equipo de paleontólogos dirigido por Manuel Domínguez Rodrigo, de la Universidad Complutense de Madrid.
La intensa transformación que han sufrido los hábitats de montaña debido a la acción humana ha reducido de forma muy significativa el papel que han jugado las montañas como laboratorios naturales para conocer las causas biológicas de la distribución de la diversidad de las especies. Éstas son las conclusiones a las que ha llegado un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en colaboración con biólogos de la Universidad de Copenhague, tras estudiar trece sistemas montañosos de todo el mundo, desde los Himalayas a las Rocosas, y 460 artículos sobre biodiversidad en las montañas. El artículo se publica en el último número de la revista Nature.
Un estudio hispanoalemán muestra la posibilidad de establecer controles de durabilidad en los edificios de nueva construcción, preservar el patrimonio histórico y abordar con más garantías su restauración. La investigación ofrece, además, la posibilidad de determinar la calidad de los mármoles y su origen (su “huella digital”). En el estudio colaboran las universidades de Granaday de Gottinguen (Alemania).
Los equipos de Mauricio G. Mateu, del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CSIC-UAM), y Pedro de Pablo, del Departamento de Física de la Materia Condensada de la UAM han demostrado que es posible manipular las propiedades mecánicas de un virus.