El asteroide 2012 DA14 pasó el 15 de febrero a unos 27.700 kilómetros de la Tierra, lo que le convirtió en el objeto cercano a la Tierra que ha transitado más próximo a nuestro planeta. Ahora un equipo de astrónomos planetarios ha caracterizado la forma, el tamaño y la primitiva composición del asteroide. Los resultados servirán para desarrollar estrategias frente a asteroides potencialmente peligrosos.
Investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía (CSIC) y el Instituto de Astrofísica de Canarias describen en The Astrophysical Journal Letters las características de uno de los pocos asteroides ‘activados’ conocidos: P/2012 T1 (PANSTARRS). Este raro tipo de asteroides se caracteriza por presentar una cola de polvo.
Investigadores del Centro de Astrobiología y otros dos centros internacionales han desarrollado un nuevo método para estimar la dirección del impacto de objetos en los cráteres, como los de la Tierra o Marte. El estudio se ha publicado en la revista Meteoritics & Planetary Science.
Los asteroides, a diferencia de los cometas, no se caracterizan por exhibir una cola, pero existen una decena de excepciones. Investigadores españoles han observado a uno de estos raros asteroides desde el Gran Telescopio Canarias y han descubierto que algo le pasó sobre el 1 de julio de 2011 para que le apareciera su ‘apéndice’. Quizá una ruptura interna o la colisión con otro asteroide.
Ilustración recreando el paso del asteroide sobre la Tierra. / ESA - P.Carril.
El próximo 15 de febrero el desconocido asteroide 2012 DA14 se aproximará a la Tierra. No impactará, pero pasará a tan solo 28.000 km de nosotros. El objeto lo descubrieron el año pasado investigadores del Observatorio Astronómico de Mallorca desde su estación robótica de la Sagra, en Granada.
Entre septiembre y octubre de 2008 se observó el asteroide ‘potencialmente peligroso’ 2008SE85, pero desde entonces se había perdido su pista. Hasta ahora, cuando un observador amateur alemán lo ha vuelto a localizar desde una estación que tiene la Agencia Espacial Europea en el Observatorio del Teide, en Canarias.
El detector de rayos gamma y neutrones de la sonda Dawn muestra la distribución del hidrógeno en Vesta. Imagen: Dr. Prettyman.
La sonda Dawn de la NASA ha detectado hidrógeno de origen externo y ‘pozos’ en la superficie del asteroide Vesta. Así lo recogen dos estudios que publica esta semana la revista Science y que revelan nuevos datos sobre la distribución del agua a través del sistema solar.
Asteroides y cometas pueden haber desempeñado un papel esencial en la difusión por el universo de los elementos esenciales para la vida, una fuerza que surge del cosmos, de las estrellas. Esta es la propuesta del astrofísico Josep María Trigo (Valencia, 1970) del Instituto de Ciencias del Espacio (ICE, CSIC-IEEC) en su libro Las raíces cósmicas de la vida, que acaba de presentar en el Planetario de Madrid.