Un punto cuántico aislado en el centro de una cavidad óptica es capaz de emitir millones de fotones únicos y casi perfectamente indistinguibles por segundo, lo que supone toda una revolución en el campo de la información cuántica. Esta diminuta fuente de fotones ha sido creada por un equipo del Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia, con la participación de científicos de España y Argentina.